miércoles, 16 de diciembre de 2020

ROMPAN TODO: COMO ABARCAR LA HISTORIA DEL ROCK LATINOAMERICANO SIN MORIR EN EL INTENTO




Cuando a inicios de diciembre me llegó la noticia que Netflix estrenaría un documental sobre la historia del rock latinoamericano, llegaron varias sensaciones a la cabeza. Alguien que ha estado involucrado en proyecto vinculados al rock iberoamericano conoce perfectamente todos los retos que requieren poder abarcar algo tan amplio, rico y pesado de documentar a la vez.

A diferencia de las masas, ver el cartel no me trajo preocupación alguna porque sé que Netflix hace esos carteles basados en los nombres que ellos creen que van a atraer al público para que los vea. Sin embargo, no voy a mentir, en los últimos años mi entusiasmo y expectativa por un proyecto que mencione rock latinoamericano no es tan alta sobre todo porque mientras uno pretende alcanzar a un mayor público, vas dejando cosas para solo enfocarte en lo burdo y televisivo.

Poco a poco, surgieron tres nombres de personas que han estado merodeando redacciones periodísticas con motivo de la promoción del documental: Nicolas Entel, Manuel Buscalia y Gustavo Santaolalla. Del primero no tenía mayores referencias (porque su mundo es el audiovisual, y el tipo es un maestro en su campo), de Buscalia lo conozco por sus asombrosas investigaciones musicales detrás de la Rolling Stone Argentina y otros proyectos; y de Gustavo, pues, no requiere mayor presentación, si sabes minimamente algo de música latinoamericana de los últimos 50 años. También hay un nombre más: el de Picky Talarico, quien lo conozco como director de videos musicales a finales de los 90s y los 2000s, y por el que pasaron artistas de varias nacionalidades.

Todos los nombres que he mencionado son argentinos. Todos, sin excepción. Lo cual no significa que todos lo que estuvieron detrás lo eran; pero sí dentro de los nombres que tomaban las decisiones. Y aquí aparecía otra preocupación: la perspectiva nacional. En todos estos años interactuando con gente de decenas de nacionalidades hablando de "rock en español" o "rock iberoamericano" o "rock latinoamericano" o "rock hispanoamericano", es que el tema nacional es fundamental para la perspectiva de lo que vas a contar, ensalzar u omitir. En una entrevista que escuchaba que le hacía Alfredo Lewin, ex VJ de MTV Latino (el cual hace un tiempo tuvo que rectificar por tomar de un artículo que escribí sobre...MTV sin mencionar la fuente) a Picky Talarico sobre ese tema: el argentino le indicó que ese no era un tema para preocupar porque la mayor parte de los nombres grandes vivían en Estados Unidos y habían superado esos temas nacionalistas. Habiendo visto los 6 capítulos puedo decir lo siguiente...

Posiblemente no se vuelva a ver un documental de tal alcance cubriendo el rock latinoamericano. Salvando la excepción que se animen a hacer ¿una segunda temporada? Por dos razones; el primero es porque poder volver a contar con casi 100 artistas entrevistados y un archivo tan completo no es nada fácil de lograr. Lo segundo, es porque el rock latinoamericano está perdiendo en el imaginario de la música latinoamericana debido al tema generacional. Hacer un documental así en 20 años, cuando muchos músicos de la era de "La Plaga" rocen los 90 años sería casi imposible.

En mi opinión, el documental no ignoró ningún hito fundamental del rock latinoamericano. Y cuando mencionamos hito, no estoy haciendo referencia a canciones o bandas, si no a hechos que sirven para contar una historia. El documental definitivamente lo cumple; invita a conocer más.

Por otro lado, me parece interesante que el documental solo dejó a los artistas hablar. No hay un narrador; no hay críticos ni periodistas musicales ni público hablando. Entonces los momentos del documental se entrelazan entre lo que dicen los artistas, y el documental no opina ni juzga si algo de lo que cuentan es exageración o contradicción, solamente lo expone: Para Javier Batiz, él descubrió a Rockdrigo Gonzalez; Los Prisioneros se quejan de la apertura mediática de los argentinos en la televisión chilena de los 80s e inmediamente sale Pil de Los Violadores, que indica que en una oportunidad tuvo que salir de Chile con ayuda de la Embajada. El espectador juzga los hechos de acuerdo a los que se presentan (aunque hacia el final se ponen en el tapete el tema de la falta de las mujeres en la mayor parte de la historia). Asimismo, la inclusión del contexto político social ayuda mucho a comprender muchas cosas en su contexto; aunque la proponderancia en la política argentina es más que obvia.

Por último, hay que entender también los ajetreos que supone jugar con el material audiovisual. Buscalia en una entrevista a Vorterix contaba que fue muy díficil contar con algunos artistas. Lo de Hugo Faturosso fue un reto; Indio Solari se negó (pero hay material de archivo). No contar con dos leyendas que podían haber aportado para entrevistas increibles como Cerati o Spinetta también es duro; pero hay que entender que el documental se hizo así. Por experiencia personal, entiendo perfectamente que las demandas de la gente se contraponen con la imposibilidad de poner una canción porque el artista no lo quiere, o nunca contestó una comunicación o porque la disquera no quiere dar los derechos; hasta que al final ven el producto final, y te escriben diciendo que sí les hubiera gustado haber estado. La gente detrás de un documental no puede resolver los problemas que haya detrás de una canción o una disputa entre artistas. 

Se entró a explorar cosas del mundo "alterlatino": Nortec Collective, Bomba Estéreo, Bajofondo y Calle 13. En mi opinión, necesario para enteder la música latinoamericana contemporánea del siglo XXI.

También se agradece las pequeñas menciones a personas "outsiders" al rock latinoamericano como Víctor Jara y Rubén Blades. Y decir que alguien que no es rock no debe estar en el documental es simplemente es ignorante. Nadie sobra. Recuerden que este es un documental que va a ser para el descubrimiento de muchos, puristas fuera!!

Y así como hay cosas buenas, también están las críticas.

La primera es el abuso de ping pong Ciudad de México-Buenos Aires: Y aquí tengo que hacer un hincapíé. Guste o no guste; estas dos fueron las más grandes ciudades para contar la historia del rock latinoamericano. Sin embargo, creo que se podía haber explorado más que solo pequeños minutos otorgados a ciudades de otras países. En un momento en uno de los capítulos, pensé que podía llamarse la historia del rock de México y Argentina, y lo que los une. Esto no pasa todo el tiempo; pero ese ping pong, nos dejaba al resto de Latinoamérica como un poco de más.

Seis capítulos es muy comprimido. Entiendo que a medida que estirasen esto, podría hacer algo muy tedioso, pero Latinoamérica tiene suficiente material para extenderse. Podía hablarse más de la escena de Perú en los 60s que en dos minutos y e igual pasa en esa década con Uruguay y Los Shakers. Tienes a Rubén Rada otorgándote una entrevista!! Eso es historia invaluable!! 

El capítulo 3 es el que menos me gustó. Lamentablemente creo que fue el capítulo menos logrado sobre todo en el contexto de una historia de rock latinoamericano; y en estos pequeños detalles, es cuando la perspectiva nacional termina imponiéndose. Si no era por los últimos 20 minutos, pensé que estaba viendo un documental de rock nacional argentino. Fue una oportunidad perdida para entrar al underground latinoamericano, y cuando digo latinoamericano hablo hacer referencia en varios países.

Definitivamente fuera Argentina y México; la exploración es poca. Basado más en los hitos como lo mencioné en un principio, con el protagonismo en bandas específicas: Los Saicos por Perú, Los Shakers, La Vela Puerca y un piquito de bandas que aparecen por Uruguay. En Chile, están Los Jaivas, Los Prisioneros, La Ley y Los Tres. Por Colombia, hay más bandas con piquitos de entrevistas y protagonismo por Ekhymosis y Aterciopelados. De Venezuela, no hay más que una entrevista a Cheo Pardo de Los Amigos Invisibles y a Hector Castillo (como productor de Gustavo Cerati). Se sienten la ausencia de bandas sobre todo cuando vienen de geografías no cubiertas en el documental ¿Alux Nahual por Guatemala?

Sobre la mención española; en mi opinión, podría habria sido prescindible si quería ponerse en tono purista, pero fue por mención del "rock en español" desde México, que entran en la narrativa con entrevistas a Santiago Auseron de Radio Futura y Nacho Vega de Nacha Pop. Considero que sí se iba a mencionar cosas de Europa, no debió obviarse a Mano Negra y Manu Chao, que tuvo impacto tremendo en la historia de nuestro rock latinoamericano.

Y entrando en un plano más subjetivo, considero que el trato a Caifanes es quizás de la peor entre los grandes del rock latinoamericano. Le dedicaron más espacio a Los Twist!! (y que comience la bronca!!), y todo quedó en torno a "La Negra Tomasa." No sé si hubo problemas tras bastidores para obtener material de la banda pero Alejandro Marcovich en Twitter se quejó que no lo habían entrevistado.

En síntesis, #RompanTodo es un documental necesario para los que amamos el rock latinoamericano y que puede ser el comienzo de muchas cosas más, dependiendo de la respuesta del público. Recomendado para los que solo conocen una o dos décadas de rock en español y quieren conocer más. Y también recomendado para armar discusión. Disfrútenlo.

Véanla por Netflix: AQUI

Cronología del rock hispanoamericano: AQUI


Y dos playlists de Rock en las Américas para Uds

2 comentarios:

Unknown dijo...

En mi opinion, hasta ahora los mejores trabajos en materia de rock latinoamericano fueron los de la revista Al Borde y el blog Rock En Las Americas. Son los unicos que tuvieron una mirada verdaderamente continental y no limitandose solo a la escena argentina, la escena mexicana, etc. Tambien siento que los del equipo de Rompan Todo estan muy desactualizados y por eso terminan la historia en 2010. En los ultimos 10 años pasaron muchisimas cosas en el rock latinoamericano, sin ir mas lejos las distintas bandas de mujeres y artistas feministas fueron las que marcaron la vanguardia del genero en el continente. Pero parece que para Santaolalla el rock de mujeres no existe...

Ricardo Rodríguez Zegarra dijo...

Como peruano me hubiera gustado ver más sobre mi país, pero soy conscientes que muchas canciones que acompañaron nuestra juventud no trascendieron más allá de nuestros gustos, y eso no sucede con mounstruos musicales de otros poses.

Si hubiera una época más para rescatar (aparte del momento que tuvieron Los Saicos) sería el rock subterráneo de los 80s e inicios de los 90s y luego un salto hasta el 2014, que a mi parecer fue un año increíble en cuanto a la producción del rock peruano.

El documental me gustó, se queda corto? Claro que si! Pero ya queda como trabajo para los audiovisuales de cada país registrar la música de sus ciudades y sus países. Hace unos años se estrenó en festivales “Lima Grita”, un excelente documental que muestra parte de la escena alternativa limeña de los últimos años.