En la última edición de la revista española Zona de Obras que apareció a inicios del 2013 (y que desde hace unos pocos días se puede conocer virtualmente debido a que este proyecto se ha decidido reencarnar en un portal digital) puede encontrarse un especial denominado "La última revuelta sonora", con artículos donde tratan de contextualizar lo que está pasando con la escena musical pan-hispánica y de paso, la relación España-Latinoamérica.
El especial incluye 3 artículos: "El archipiélago musical latinoamericano se hace escuchar", "El nuevo orden", "Tres grandes momentos iberoamericanos". Lo que nos interesa para esta ocasión son los primeros dos (el tercero hace referencia a los "eventos puente" donde España y Latinoamérica se mezclaron en pro de la cultura musical: La gira "Calaveras y diablitos", "La caravana americana" y "Viva la canción").
El primer artículo repasa los últimos 20 años de historia musical y como durante mucho tiempo la prensa musical española estuvo divorciada de lo que sucedía en América Latina y como aqui mismo aun los nacionalismo del rock generaban un mayor distanciamiento (coincidiendo con "La era dorada del rock en español" donde en un momento la competencia por demostrar que "rock nacional" era mejor llegó al absurdo y ha generado un aislamiento que aun hasta el día de hoy muchas bandas padecen, siendo incapaces de saber que sucede en las escenas vecinas). Pero tras ese comienzo casi pesimista, se empieza a hablar de las bondades de la nueva era y el bendito camino de la información que ofrecía el siglo XXI: El internet.
Pero algo que rescata inteligentemente el artículo es que no es el Internet per se lo que genera el acercamiento. Como vitrina queda demasiado grande. Es el "intercambio" lo que propagó el acermiento; la interacción, el interés mutuo de un lado y otro, que comenzó entre un grupo de culto y que las plataformas de redes y el terminar en caer en gente de peso tomó otro nivel. El artículo menciona el caso chileno como punto geográfico del caldo de cultivo para comenzar a construirse esta revuelta sonora que se expandió por todo el territorio hispanoamericano.
Finalmente menciona el papel de los nuevos medios destacando "Club Fonograma", "El Amarill0", "Revista Plástica" y a nosotros (destacando nuestra atención por las listas). Cada proyecto más ambicioso que el otro, pero todos bajo una visión muy similar. El segundo artículo trata de adentrarse en los motivos o hitos de esta uneva era, donde se mezcla la historia, con las tendencias, las legitimaciones y las referencias.
Sin embargo, en la parte final se menciona que ya es pasado la obsesión con sonar o tener aparición en medios anglosajones para sentir que un proyecto musical ha triunfado. Aunque compartimos la visión de mirarnos hacia nosotros mismos, aun creemos que estamos muy lejos de que las bandas puedan bastarse con ello. Cuando medios como MTV Iggy, Pitchfork o la Rolling Stone mencionan a algún acto "latino" aun generan un impacto tremendo en la escena y el público; y es que el empuje del nuevo orden también va detrás de otro nuevo orden: el de la globalización. Y es que ya es imposible olvidar el impacto en forma de atropello que dirigen los medios anglos hacia el mundo incluyendo nuestra región y que terminan por forzar los oidos hacia otros lados. Y prueba de ellos son los Festivales del Vive Latino (que cada año está aumentando el número de bandas anglo) así como los Lollapalooza Chile y Brasil (donde la intervención de actos latinos no locales es mínima frente a los artistas anglo). Los puentes están construidos pero aun falta mucho para masificar. Sigamos construyendo el nuevo orden.
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