Carlos Monsivais es un personaje muy importante para México; para América Latina significa la transición de intelectuales que se aventuraban a ser parte de la cultura pop de la región, a partir de su análisis y crítica.
Respecto al rock, también tuvo mucho que decir (aunque sus palabras en muchas circunstancias fueron consideradas como ataque para una parte de rockeros que no entendían más allá de pasionalismos). Estas fueron sus palabras en una entrevista que le hicieron en Perú, por parte de Ricardo Bedoya e Isaac León ante la pregunta sobre el problema de la transnacionalización y el proceso del desarrollo de la industria cultural en México:
La experiencia ha sido de avasallamiento pleno, en una primera etapa; luego, del avasallamiento ya, permanente, o institucional, en zonas de las burguesías, de las clases medias. Pero, en términos generales, yo pienso que toda esta campaña contra la desnacionalización, contra la penetración cultural, es una campaña que es producto de la ignorancia de lo que sucede. Y producto de temores sobre las virginidades culturales que corresponden a etapas de fines del siglo XIX que no tienen nada que ver con la realidad. Todo lo que los funcionarios culturales de México, del país vecino, de los Estados Unidos, dicen respecto de la transnacionalización y a la penetración cultural es una suma de estupideces. No saben realmente de qué están hablando. Sólo se trata de lugares comunes y de imaginarse un pueblo perpetuamente virgen al que van mancillando en zonas y le van colocando aquí una canción de Travolta y tres éxitos de Michael Jackson, y aquí la producción entera de Madonna. Creo que es insensato. Hay eso, que no me parece, por otra parte, desnacionalización. Me parece un proceso casi natural en una atmósfera de americanización internacional que tampoco creo que deba ser cuestión de grandes lamentaciones. Porque se padece igual en Cuba que en México, o incluso en Nicaragua o en Puerto Rico. Y, por otro lado, hay la transformación continua de las proposiciones de la industria cultural norteamericana en proposiciones mexicanas. El caso del rock es típico. Durante 10 ó 15 años solo se aceptó canciones de rock cantadas en inglés porque se pensaba que era su idioma natural y que usar el español era traicionar la esencia del rock. Eran canciones disparatadas. Yo recuerdo una sobre la matanza del dos de octubre del 68, en inglés. Me parecía, un tanto llevar al colmo -aquí sí- la mentalidad colonizada. Pero resultó que era una etapa necesaria y luego, inmediatamente después, empezaron a surgir canciones en español cada vez más violentas, en un proceso absolutamente similar al del rock subterráneo del Perú. Donde el ingenio, la autoflagelación sardónica, la sexualización, la irreverencia, la falta de respeto, como el único respeto que se le debe a las instituciones, etc., se vuelven todo un idioma y eso es lo que ha conquistado en definitiva a la mayoría de los jóvenes mexicanos, que siguen oyendo a Madonna o siguen oyendo a Bruce Springsteen pero que al mismo tiempo, en lo que más les atañe, escuchan un rock en español muy violento, muy nacional, en la medida en que sintetiza formas de vida, teorías y actitudes, y que es muy contestatario, no solo contra el Estado sino, especialmente, contra la sociedad.
Ante la réplica del entrevistador, él agrega:
Yo pienso que en todo se ha creado un alarmismo cultural, no solo infundado, sino una desconfianza respecto a las capacidades del público, a las capacidades incluso de los creadores de la industria cultural y de los márgenes de la industria cultural. En México, la radio comercial sólo transmite este rock norteamericano de moda, pero los conciertos y la manera en que se relaciona ese rock con las formas de vida, tienen que ver con un mundo muy sórdido, muy lamentable, y muy extraordinario tal vez.(Fuente: Revista Diálogos)
Otro dato, que puede parecer curioso, es su participación en una banda de corta duración, de nombre Los Tepetatles, cuyo lider Alfonso Arau, buscaba hacer un grupo de rock que terminaba burlándose del mismo (algo muy adelantado para el poco tiempo que llevaba el género si consideramos que estamos hablando de 1965) y que para ello convocó a Monsivais a que escribiera las letras de las canciones. Aunque su impacto nunca llegó a tener mucho éxito, su disco "Arau A-Go-Go" ha pasado a ser un tesoro de culto debido a los poquísimas copias con las que se editó. El diario El Universal de México preparó este pequeño informe visual al respecto:
Q.E.P.D Monsi!
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