En la música hay muchos artistas que tienen pensamientos radicales. Yo no soy uno de ellos. Toco la guitarra desde pequeño, y mi escuela fue de folklore, tango, ranchera, bolero, vallenato, trova cubana... A partir de mi adolescencia fui metalero, y por muchos años, así que sé lo que es estar metido en una sola película: escuchaba mucho Black Sabbath, Led Zeppelin, Sepultura, Testament. Empecé a tocar en una banda en el ‘88, y tocaba metal. En un momento me cansé del metal porque sentía una ausencia muy grande, y me permití incorporar a mi música lo que había aprendido de pequeño. No me importa que me encasillen, gasté mucho tiempo preocupado por eso, pero ya no. Antes pensaba: “¿Esto es rockero, o no?”. Ahora decidí poner en la música todo lo que hay en mí. Si hay rock, que sea rock. Pero no voy a hacer una ideología de la guitarra eléctrica contra el acordeón, o contra una percusión. La música es una sola, y es muy individual. Es única, es según quien la escuche. Por eso comprendo perfectamente que un músico piense y sienta de manera radical. El rock en Colombia, por ejemplo, es más radical que en Venezuela, pero menos que en la Argentina. (..)
Un viejo recuerdo de sus días primerizos:
Pero quizás te lo encuentres en un concierto de Metallica por estos días:
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