domingo, 26 de octubre de 2008

EL ROCK LATINO Y LA MUSICA LATINA ALTERNATIVA: LA EVOLUCIÓN (parte XII)

Asi está el futuro de la música latina alternativa


Pese a lo dicho en los posts anteriores, pareciera que existe una visión pesimista de lo que sucedió en lo alterlatino y el rock latino. Sin embargo, me atrevería a decir que lo que sucedió fue muy saludable para el desarrollo a futuro.

Lo alterlatino dejo de ser vista como un movimiento. De hecho, es estilo musical totalmente abierto y desperdigado por todo América Latina, España y EE.UU. Aunque aparecieron bandas como Ozomatli en este nuevo panorama, no se puede hablar de un artista en particular que lidere el género, ya que se produce de manera dispersa y con recursos completamente diferentes.

Aparte, sin esas metas comerciales monstruosas impuestas por las grandes disqueras, los artistas se sumergieron en la independencia (algunos por lo menos como propuesta, otros en forma total). Ello permitió que marcaran distancias las bandas que solo seguían mera formula (como Maná) de las demás. 

Por una parte, Manu Chao, quizás el artista más visible a nivel mundial, capitalizó lo alterlatino como música de mestizaje en la ciudad de Barcelona inspirando a diferentes actos como Macaco o Muchachito Bombo Infierno, que si expandimos a todo territorio español podríamos incluir a Amparanoia o Bebe, esta última más orientada al pop-rock.

Por otra parte, ha aparecido pequeños movimientos impulsados por combinar la música electrónica con música tradicional. Asi tenemos a Nortec Collective en México, Bajofondo Tango Club en Argentina, Sidestepper en Colombia y al último Miki Gonzalez en Perú.

Ha existido cada vez una menor cantidad por experimentación por otros géneros hasta hace unos años algo relegados y muy subestimados como la cumbia. A partir de allí, tenemos a Celso Piña, y su intento por conciliar su concepto a un mundo más alterlatino con su album Barrio Bravo, o a Amandititita que busca imprimirle letras con mucha actitud a su alma cumbiambera, o los peruanos Bareto, que pueden pasar del funk a la cumbia peruana sin mayor problema.

También desde el lado urbano, actos como Orishas y de una manera más conciente con Calle 13, hay una búsqueda por conceptualizar la música alterlatina en un campo más ligado al hip hop aunque con una búsqueda de conciliar puntos de contactos con el movimiento (presente en sus colaboraciones con Vicentico o Café Tacuba).

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