Imagínense si el establishment en México solo hubiera vendido música de Laura León y nunca de Café Tacuba o Caifanes...
Hace unos meses escribí el artículo "Artistas argentinos detrás de reunión de protagonistas de neo-kitsch andino" en donde explicaba como el trabajo de Micaela Epalbaum, Gaby Kerpel y Picky Talarico había ayudado no solo a juntar a las sensaciones del Youtube La Tigresa del Oriente, Delfin Quishpe y la ya mencionada, Wendy Sulca, sino que estás habían ayudado en su difusión. Hay que recordar que estos artistas argentinos, sobre todo Kerpel, se manejan mucho en los circuitos de la música latino alternativa, y sumada a la sensación generada, hicieron que medios de gran prestigio se dirigieran a la música a una música tan no seria que es la que hacen estas peruanas y ecuatoriano, respectivamente. Un ejemplo es la entrevista que le hizo la Rolling Stone argentina a Sulca a fines del 2010.
¿Pero que ha sido lo que han visto estos artistas argentinos asi como medios masivos extranjeros en estos artistas que les han dado una difusión que sobrepasa cualquiera sobre actos que se sacan la mugre en estos mismos paises andinos sin reconocimiento alguno en el exterior? He aquí la gran pregunta. ¿Se trata de racismo puro e inclusive un acto de propaganda de transfondo sionista como lo denuncia el bloguero Peruanista? El propio Kerpel ha negado eso respondiéndolo en el propio blog. Probablemente la respuesta se encuentre en una serie de factores que nos es difícil de entender desde dentro.
Lo cierto es que la música peruana vende. ¿Pero quién la está comprando? La música internacionales en Hispanoamérica ha formado un circuito cuyos grandes ejes radican entre Estados Unidos, México, España y Argentina. Su industria, medios de difusión y comunicación, goza de un peso sin igual. Inclusive aveces sin vender tanto, sus medios pueden proporcionar credibildad. En una menor medida, pero con gran importancia, Chile, Colombia y Venezuela también son parte de esa configuración. El establishment.
La relación entre medios, industria musical y artistas es importante ya que cada una ha ido reflejando una visión y su masificación ha terminado por comportar una reputación e idea ante el inconsciente hispanoamericano. Cada país es reconocido por su artista más conocido, no por el de mayor credibilidad. Es más reconocible pensar en rock desde Argentina que desde República Dominicana. No debería ser así, pero lo es.
Suena duro pero Perú está fuera del circuito de la música hispanoamericana. Aunque tenemos héroes que nos dicen que de vez en cuando la cosa está bonita (como Olivier Conan -el de Chicha Libre- y con su recuperación de la música chicha, o como los españoles de Munster Records -quienes resucitaron a Los Saicos a finales de los 90's) solo buscan lo mejor del pasado. La mayoría de músicos se quedan enamorados de la comida, o en el mejor de los casos por la música menos urbana posible -y mientras más rara, mejor- porque Perú es un país de aventuras.
Y el estar fuera del circuito, refuerza el cliché "peruano". El que explotó de forma deplorable Laura Bozzo, el que se presenta en la TV chilena y que un inofensivo chiste de la página del mismo país (PorlaPuta.com) terminó por hacer de unos payasitos andinos las máximas figuras de la configuración de la industria musical en los tiempos del internet. Unos personajes cuya popularidad ha llegado tan lejos que hasta Dante Spinetta (sí, le hijo de Spinetta, ex-Illya Kuryaki, necesita de ellos como gancho para unos de sus videos musicales) y cuya presencia de Wendy Sulca en el Festival Centro fue cubierto en los medios colombianos como la gran atracción sobrepasando a los de Daniel Melero y Javiera Mena, porque sus nombres no venden titulares. La música peruana vende. ¿Pero quién la está comprando?
2 comentarios:
Vaya tema ¿no? Igual, no sé si esta "movida" del neo-kitsch andino tenga un propósito netamente propagandístico o de entorno racistoide pero si que ha sido sorprendente la cobertura mediática que se le ha dado. Como si no se hiciera más música acá. Pero en fin, es lo que 'vende' como mencionas. Quizás la (re)valorización de otros géneros locales deba empezar desde adentro más que de afuera. Generar escena dicen. Ojalá nuestros medios empiecen a contribuir ahí, ya que -lamentablemente- sin ellos, por más difusión web que se tenga, no se va a llegar a niveles macro que pretendan rebasar fronteras. Hasta eso, sólo tendremos hechos aislados y bueno, siempre nos quedará una Wendy Sulca.
Dedos cruzados.
¡Saludos!
El tema de los medios locales es otro gran tema, y el papel en su difusión de música ha sido degolladora, aunque siempre está el lado alternativo, aún fuera del circuito, y no basta con 1 o 2 artistas bien escondidos por ahí (que por cierto están haciendo las cosas bien, pero lamentablemente no es suficiente). Se necesita de un movimiento secundado por decenas de artistas, y toda una estrategia para posicionarse de una manera importante.
La otra opción es que Wendy haga un disco de música más seria, aunque dice que su banda favorita es Panda, así que lo dudo. Jaja.
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